Hay un número primo que lleva el nombre de uno de los demonios de Satanás… Se llama “El Número de Belphegor”, o “El Primo Belphegor”… Y es que no podía ser de otra forma, miren como tiene ordenados sus dígitos:
Un 1 seguido por 13 0s, luego 666 (el tan popular y supuesto número de la Bestia), después 13 0s más, y finalmente un 1.
1000000000000066600000000000001
Un total de 31 dígitos (Ahhh, y OjO: es el número 13 invertido).
El Número de Belphegor, se leería, en la forma en que nosotros los latinos nombramos los números grandes con potencias enteras de diez (llamada Escala Larga) de esta manera:
“Un quintillón, sesenta y seis billones, seiscientos mil millones y uno».
Que es igual a 1030 + 666 × 1014 + 1.
Como puedes ver, es un número palíndromo (o capicúa, que se refiere a cualquier número que se lee igual de izquierda a derecha que derecha a izquierda). Es además, un número Primo (es decir, es un número natural mayor que 1 que tiene únicamente dos divisores distintos: él mismo y el 1)…
Por todo lo anterior no es de locos decir que estamos en presencia de un Diabólico Primo que tiene relación directa con el número de la Bestia.
Adentrémonos un poco en sus misterios…
El primer número que contiene el número de la Bestia, que es primo y palíndromo, es el 16661. Luego, el siguiente de esa serie es nuestro Número de Belphegor.
El ingeniero y matemático americano Harvey Dubner ha calculado que los números siguientes de dicha serie de números, tienen los siguientes números de ceros antes y después del de la Bestia: 42, 506, 608, 2472 y 2623.
Es bueno recordar que el nombre Belphegor, en Demonología, se refiere a uno de los siete Príncipes del Infierno. En efecto, Belphegor, en la tradición cristiana, es el principal demonio del pecado mortal conocido como la “Pereza”.
Sí, según el obispo y cazador de brujas Peter Binsfeld, Belphegor tienta a los mortales por medio de la pereza. En efecto, su papel es seducir a las personas ofreciéndoles ingeniosos inventos que supuestamente les proporcionarían riquezas, y así, de esa manera, sembrar la discordia entre los hombres, llevándolos por el camino del mal.
Ahhhh y según algunos demonólogos del siglo XVI, su poder es más fuerte en el mes de abril, cuestión esta medio extraña, ya que es en abril cuando la primavera abre las flores y es por ello que celebramos el “Día Internacional de la Madre Tierra”, así como también el “Día Mundial de la Salud”, venga, demoníacas paradojas.
Sabemos que, a nuestro número, ese nombre se lo puso el matemático, editor e inventor Clifford A. Pickover, autor de cientos de artículos técnicos en diversos campos y que ha bautizado a ciertos números de características muy especiales, como los son: los Números Vampiros y el Número de Leviatán, entre otros (otro día hablaremos de ellos).
El símbolo del Número de Belphegor es un Pi (π) invertido – derivado de un glifo de ave visto por primera vez en el famosísimo y misterioso “Manuscrito de Voynich”.
Dicho manuscrito resulta ser un enigmático e intrigante misterio, según Wikipedia es «el manuscrito más misterioso del mundo» y hasta el momento, ha desafiado todos los intentos de descifrado, convirtiéndose en un famosísimo caso de criptología histórica.
Volviendo a nuestro esotérico número y al demonio que lo apadrina, la imagen de Wikipedia de Belphegor lo muestra aparentemente sentado en un inodoro. Parece que «de acuerdo con el Dictionnaire Infernal de De Plancy, él era el embajador del infierno en Francia». Allí una prueba más de su demoníaca ontología, pues con tantos lugares bellos que hay en la “République française” solo a una mente desquiciada se le ocurre sentarlo en un inodoro.
Es que, realmente, este número en sí contiene elementos supersticiosos que le han dado su nombre: El número 666, que está oculto entre los ceros, se encuentra en el propio corazón del Número de Belphegor. Debo recordar, una vez más, que el 666 está ampliamente asociado como el “Número de la Bestia”, porque es utilizado en el simbolismo para representar a una de las criaturas en el Apocalipsis o, más comúnmente, al Diablo. Además, el 666 está rodeado a cada lado por la presencia ominosa de trece ceros, y es bien sabido que el número trece está considerado supersticiosamente como un número de mala suerte… Es que siempre el diablo está en los detalles!
En la Web he conseguido una página de Mike Keith que incluye varias relaciones interesantes con el infame 666, entre ellas:
1) 666 es la suma de los primeros 36 Números Naturales.
2) 666 es igual a la suma de sus dígitos más la suma de los cubos de sus dígitos:
666 = 6 + 6 + 6 + 6³ + 6³ + 6³.
Sólo hay 6 enteros positivos con esta propiedad.
3) 666 es la suma y diferencias simples de las primeras 3 potencias de 6: 16 + 26 + 36 = 666
4) La suma de los cuadrados de los primeros 7 primos es 666:
666 = 2² + 3² + 5² + 7² + 11² + 13² + 17²
5) El triplete (216, 630, 666) es un triplete pitagórico. Este hecho puede ser reescrito en la siguiente forma agradable:
(6x6x66) ² + (666 – 6×6) ² = 666 ²
6) Una bien conocida aproximación notablemente buena a pi es 355/113 = 3,1415929… Si el denominador de esta fracción se invierte y se le suma al numerador, obtenemos:
553 + 113 = 666.
Volviendo al Número de Belphegor, se rumorea, entre pasillos, que cuando el erudito, o polymathēs, Charles Babbage trató de verificar su estatus como un número primo, su motor de diferencia giró alarmantemente como si estuviera poseído, arrastrando a la desafortunada condesa Lady Ada Lovelace a su muerte, aplastada entre los engranajes de la máquina.
En fin, les recomiendo no miren fijamente el Número de Belphegor por demasiado tiempo. Miren sólo por unos segundos y respire hondo. Es un número aterrador y sería particularmente adecuado utilizarlo en su próxima fiesta de Halloween, o de Noche de Brujas, este martes 31 de octubre, una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense y que, para variar, el mundo entero importa para sí. Es quizás por todo esto que los matemáticos que juraron lealtad al lado oscuro celebrarán ese día algo más siniestro: el ¡Número de Belphegor!
Post data: La imagen que abre el artículo es de ST. WOLFGANG Y EL DIABLO de Michael Pacher y forma parte del magnífico Altar de los Padres de la Iglesia del siglo XV, ahora en la Alte Pinakothek de Munich.
Ahhhh, y para los que aún no nos hemos dejado seducir por tan maléfico personaje… Pues, ¡Brindemos!, por nuestra entereza…
Salud y larga vida a todos ustedes…Ahhh, y nos seguiremos viendo por acá…